¿Quién se resiste a un cupcake con un bizcochito suave, tierno, de sabor avainillado, cubierto de un cremoso frosting de nutella? Es difícil... así que de vez en cuando hay que darse el placer y disfrutar de algo así de rico.
Estos cupcakes están hecho con una receta básica de muffin de vainilla, una receta que os puede servir también para un bizcocho si preferís hacer una tarta en lugar de cupcakes. Además, estos cupcakes, sin el frosting de nutella, están riquísimos para tomar en el desayuno, con el café con leche o con la leche con cacao, no necesitan la cobertura para que se pueda disfrutar de ellos.
CUPCAKES DE VAINILLA CON FROSTING DE NUTELLA
Receta para el bizcocho de vainilla:
Ingredientes:
125g de mantequilla a temperatura ambiente
125g de azúcar
2 huevos grandes
125g de harina con levadura (1/2 cucharadita de levadura) y una pizca de sal
2 cucharadas de leche
1 cucharadita de extracto de vainilla
Preparación:
Precalentar el horno a 180º y preparar las cápsulas que vayamos a utilizar en la bandeja de muffins. Batir la mantequilla con el azúcar con ayuda de unas varillas eléctricas hasta obtener una crema suave.
Añadir un huevo y batir hasta que quede integrado.
Añadir unas cucharadas de harina para que no se corte la masa y seguir batiendo.
Batir el segundo huevo. Añadir la vainilla.
Terminar de incorporar la harina.
Añadir dos cucharadas de leche.
Repartir la masa en las cápsulas de muffins y hornear durante unos 15-20 minutos.
Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla
Ingredientes:
150g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
150g de azúcar glass
4 cucharadas grandes de Nutella (podeis poner más o menos según os guste)
Preparación:
Es absolutamente necesario que la mantequilla esté a temperatura ambiente para poder batirla bien con el azúcar glass, el cual habremos tamizado previamente.
Añadimos después las cucharadas de Nutella y batimos hasta que la mezcla esté homogénea y cremosa.
Lo ideal es hacer el frosting cuando los muffins estén ya prácticamente fríos, así los podemos decorar enseguida, con el frosting recien hecho. Si dejamos el frosting en la nevera se endurece y ya no podemos trabajarlo bien a no ser que volvamos a atemperarlo.