Esta segunda vez pensé que me saldrían mejor. Era la propuesta dulce del mes de octubre de Whole Kitchen y pensé que era una buena ocasión para probar a volver a hacerlos, porque la verdad que es un dulce que no me atrae mucho y de no ser por whole kitchen no se me hubiera ocurrido repetir.
Esta vez tenía que haberlos hecho con azúcar, no sé, quizás es la ausencia de azúcar, o la textura del sirope de ágave, lo que hace que la receta no salga, pero bueno, el caso es que no lo pensé y por inercia los hice directamente con sirope de ágave.
Los biscotti son originarios de la zona de la Toscana, en Italia, y se toman acompañados de vino dulce. Aquí en Valencia tenemos algo muy parecido, los rossegons, y en Catalunya los llaman carquinyolis. A mí no me han apasionado nunca. Reconozco que están buenos, y cuando como me gustan, pero es un dulce en el que nunca pienso y que no me tienta. Originalmente están hechos con harina, azúcar y almendras. Yo los he hecho de chocolate las dos veces, porque me resulta más apetecible.
La palabra biscotti viene del latín biscoctus y significa "cocido dos veces". En esta receta se hace la masa, se le da forma alargada, se la lleva al horno, cuando está cocida se saca, se corta a rebanaditas y entonces se meten las rebanaditas en el horno, para "cocerlas"/hornearlas, por segunda vez.
Lo que no entiendo es porque el bizcocho, palabra que también viene del latín biscoctus, se llama así, pues los bizcochos no se hornean dos veces.
Estos biscotti los hice el sábado por la tarde, y hubo un incidente que también propició que no salieran bien. Trabajé por la mañana y llegué a casa con muchas ganas de desconectar y disfrutar del fin de semana. Y qué hice? Pues meterme en la cocina a hacerme una terapia culinaria. Cuando estoy agobiada me meto en la cocina y tras 3-4 horas de cacharros, utensilios, ingredientes, harinas, espátulas, bandejas de horno, moldes, temperaturas... salgo renovada. Es mi propia terapia, que me funciona a la maravilla.
Y eso hice, me metí en la cocina y preparé tres panes, uno de pesto verde, uno de pesto rojo (os lo recomiendo, me gustó más que el verde!!!!) y uno de queso. Preparé los biscotti y también preparé galletas de mantequilla con pistola. Esta vez no fueron 3-4 horas sino 5, qué felicidad...
Y lo que pasó fue lo siguiente: primero llevé al horno la masa de los biscotti, a 150ºC, como indica la receta. Cuando la saqué, 30 minutos después, metí los panes, los tres en una bandeja, y subí el horno a 200ºC. Mientras tanto tuve la masa de los biscottí enfriándose y después los corté en rebanaditas. Las arreglé en la bandeja de horno y cuando saqué los panes metí los biscotti. Pero cometí el error de NO BAJAR LA TEMPERATURA DEL HORNO. Así que... se quemaron...
Solo pude salvar unas 6-7 unidades, las del centro de la bandeja, el resto los tuve que tirar, carbonizados!
Creo que no voy a volver a hacer biscotti, hay más cosas para hacer... y que nunca he probado... De todos modos estas pocas unidades que se salvaron de la quema están bien ricas.
Biscotti de chocolate y avellanas
INGREDIENTES:
230 gr. de harina
120 gr. de chocolate
150 gr. de sirope de agave
150 gr. de avellanas
30 gr. de cacao en polvo
4 gr. de café instantaneo (tipo nescafé)
5 gr. de bicarbonato sódico
1/4 cdta. de sal
3 huevos
1+1/2 cdta. de extracto de vainilla.
PREPARACIÓN:
Encendemos nuestro horno y lo precalentamos a 180º.
En una bandeja de hornear extendemos las avellanas, la introducimose en el horno, y las dejamos horenar durante unos 15 minutos, hasta que se doren ligeramente.
Las retiramos del horno y las colocamos sobre un paño limpio, las enrollamos y frotamos hasta que se despegue la piel. Las dejamos enfriar y las cortamos en trozos gruesos.
Bajamos las temperatura de nuestro horno y lo dejamos a unos 150º.
Rallamos el chocolate y lo añadimos al azúcar, lo mezclamos y reservamos.
En un bol batimos ligeramente los huevos junto con el extracto de vainilla
En el cuenco de nuestra batidora eléctrica (o manualmente), combinamos la mezcla de azúcar y chocolate, la harina, el cacao en polvo, el café, el bicarbonáto y la sal, sólo unos segundos, seguidamente añadimos la mezcla de huevos poco a poco, y batimos hasta conseguir una masa más firme. Agregamos las avellanas, mezclamos hasta integrarlas uniformemente.
Pasamos la masa a una superficie harinada (es una masa muy pegajosa) y le damos forma rectangular a modo de rollo, luego podemos optar por dejarla de una sola pieza, nos quedarán unos biscottis más grandes o divirla en dos.
Una vez divida, la pasamos a la bandeja donde la vayamos a hornear y la introducimos en el horno durante unos 30 minutos, o hasta que veamos que está firme al tacto y ligeramente dorado.
Sacamos la masa del horno, lo dejamos enfriar ligeramente durante unos 10 minutos. Lo cortamos en rodajas de unos 2 cm, lo volvemos a poner sobre la bandeja de hornear de forma organizada, lo intrudicimos nuevamente en el horno durante 15 minutos, pasado este tiempo, lo sacamos, le damos la vuelta a las piezas y lo volvemos a introducir otros 15 minutos más.
Lo retiramos del horno y lo dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.